
El barro o arcilla, principal componente de la Fangoterapia es una fuente formidable de energía y salud cuyas sales minerales son una necesidad vital de nuestro organismo.
Uno de sus mayores beneficios es su capacidad de activar la circulación sanguínea, movilizando el agua corporal cuando hay retención de líquidos y con un poder asombroso de absorción, todo elemento tóxico que pueda contener radiaciones negativas es absorbido y expulsado por el barro.
La tierra es un elemento vivo que transmite a nuestro cuerpo sus propias energías ayudando a reactivar y estimular las funciones naturales del mismo, por lo que los baños de fango son revitalizantes aunque no haya ninguna dolencia a tratar.
Entre sus muchas propiedades podemos destacar las siguientes: desinflamante, refrescante, absorbente, descongestivo, purificante, antiséptico, cicatrizante y calmante.
Actúa en forma superficial cuando hay inflamaciones producidas por diversas causas y sobre los órganos internos logrando su descongestión, como por ejemplo en congestiones de riñones, hígado, estómago, etc.
La aplicación de barro sobre el vientre absorbe el calor excesivo, llevando la sangre a fluir hacia la piel descongestionando las entrañas.
Usado en cosmética podemos tratar con éxito tanto el acné como la celulitis, signos de envejecimiento y muchísimas patologías de la piel y combinándolo con distintos aceites esenciales de hierbas curativas podemos obtener resultados rápidos y extraordinarios para la belleza y salud no solo de nuestro cutis sino también para el cabello ya que se ha probado su efectividad en casos de alopecia extrayendo de ellos las toxinas acumuladas limpiándolos de impurezas y grasitud.
En todos los casos el barro es uno de los elementos a usar dentro de un tratamiento holístico de las enfermedades.
|